sábado, 27 de febrero de 2016

EL LIBRO DEL SÁBADO. Bertold Brecht. Teatro de Galileo

Durante dos mil años creyó la humanidad que el Sol y todos los astros del cielo daban vueltas a su alrededor. El Papa, los cardenales, los príncipes, los eruditos, capitanes, comerciantes, pescaderas y escolares creyeron estar sentados inmóviles en esa esfera de cristal. Pero ahora nosotros salimos de eso, Andrea. El tiempo viejo ha pasado y estamos en una nueva época. Es como si la humanidad esperara algo desde hace un siglo. Las ciudades son estrechas y así son las cabezas. Supersticiones y peste. Pero desde hoy no todo lo que es verdad debe seguir valiendo. Todo se mueve, mi amigo. Me alegra pensar que la duda comenzó con los navíos. Desde que la humanidad tiene memoria se arrastraron a lo largo de las costas, pero de repente las abandonaron y se largaron a todos los mares. En nuestro viejo continente se ha comenzado a oír un rumor: existen nuevos continentes. Y desde que nuestros navíos viajan hacia ellos se festeja por todas partes que el inmenso y temido mar es un agua pequeña.

Este es el primer Galileo que conocemos en esta obra de teatro que concibió Bercht justo en el año en el que se descubría la desintegración del átomo de uranio.
Un hombre del renacimiento que pone su fe en la ciencia y la razón que nos puede conducir a un mundo mejor.
Sin embargo pronto cambian las cosas y el cerco se irá estrechando en torno a sus polémicas teorías heliocéntricas derivadas de los estudios de Copérnico. Primero advertencias veladas, luego conversaciones, al final la amenaza de tortura, harán que el científico abjure de sus ideas (al menos en público) y se pliegue a la ideología dominada por la religión y el absolutismo papal.
La historia es ampliamente conocida pero la lectura es verdaderamente fascinante.


Pues, bajo la excusa de Galileo, es una obra sobre los límites , grandezas y miserias de la ciencia.
La grandeza del sabio que sabe que sus descubrimientos revolucionarán el mundo y la forma de pensar de la gente.
Los límites que genera la sociedad y que le obligan a tantas ocupaciones inútiles que le quitan el tiempo necesario para seguir investigando.

Y las miserias de tener que recurrir al engaño (como en el propio telescopio) o a tenerse que desdecirse de sus descubrimientos, acechado por una sociedad, la contrarreformista, que se opone a todo lo que contradiga el dogma.
Brecht plantea así, no sólo la tragedia personal del científico, sino su propia responsabilidad ante la sociedad y la historia, tanto por sus aplicaciones prácticas como por su posible sometimiento al poder (Mientras la tierra siguiera siendo el centro inmóvil también lo sería el poder del papa que representa al Dios que en su Biblia había afirmado lo contrario. Sin este orden no habría orden y las categorías sociales se desvanecerían, pudiendo ser cada uno su propio centro).
Aboga así por una ciencia que elabore un discurso que rompa los controles del poder en vez de ser un siervo de la opresión, lo cual parece demasiado actual para no ser fascinante

La ciencia comercia con el saber, con un saber ganado por la duda. Proporcionar saber sobre todo y para todos, eso es lo que pretende, y hacer de cada uno un desconfiado. Ahora bien, la mayoría de la población es mantenida en un vaho nacarado de supersticiones y viejas palabras por sus príncipes, sus hacendados, sus clérigos, que sólo desean esconder sus propias maquinaciones. La miseria de la mayoría es vieja como la montaña y desde el pulpito y la cátedra se manifiesta que esa miseria es indestructible como la montaña. 
Nuestro nuevo arte de la duda encantó a la gran masa. Nos arrancó el telescopio de las manos y lo enfocó contra sus torturadores. Estos hombres egoístas y brutales, que aprovecharon ávidamente para sí los frutos de la ciencia, notaron al mismo tiempo que la fría mirada de la ciencia se dirigía hacia esa miseria milenaria pero artificial que podía ser terminantemente anulada, si se los anulaba a ellos. Nos cubrieron de amenazas y sobornos, irresistibles para las almas débiles. ¿Pero acaso podíamos negarnos a la masa y seguir siendo científicos al mismo tiempo? Los movimientos de los astros son ahora fáciles de comprender, pero lo que no pueden calcular los pueblos son los efectos que pueden producir
(...)
Y entregué mi saber a los poderosos para que lo utilizaran, para que no lo utilizaran para que se abusaran de él, es decir, para que le dieran el uso que más sirviera a sus fines. Yo traicioné a mi profesión. Un hombre que hace lo que yo hice no puede ser tolerado en las filas de las ciencias.

Otros libros del autor en nuestros blogs


ÍNDICES DE NARRATIVA
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ÍNDICES DE NARRATIVA HISTÓRICA

jueves, 25 de febrero de 2016

QUEVEDO. EL MISÓGINO. Texto


Quizá quien llevó más lejos la burla contra las mujeres cultas fue el gran poeta y gran misógino Quevedo, que llegó a escribir un libelo contra ellas titulado La culta latiniparla. Catecismo de vocablos para instruir a las mujeres cultas y hembrilatinas. Dedicada a una imaginaria «Doña Escolástica Poliantea de Calepino, graduado en tinieblas, docto a escuras, natural de las Soledades de Abajo, Señora de Trilingüe y Babilonia», la obra es una sátira contra las amantes de los clásicos, a quienes acusa de convertir a los grandes escritores grecorromanos en «autores de falda y críticos de faltriquera». 
Por supuesto, las mujeres cultas son para el autor necesariamente feas. Quevedo se hace así eco de una vieja y duradera idea que ha tendido a establecer una estrecha relación entre la falta de atractivos físicos y el desarrollo intelectual femenino; semejante prejuicio parte del supuesto profundamente patriarcal de que a la mujer guapa le basta su belleza para garantizarse no sólo la estabilidad económica del futuro, sino incluso la felicidad. 
Escribe pues Quevedo: 
Muy discretas y muy feas, 
 mala cara y buen lenguaje,
 pidan cátedra y no coche, 
 tengan oyente y no amante.
 No las den sino atención, 
 por más que pidan y garlen, 
 y las joyas y el dinero
 para las tontas se guarde. 
 Al que sabia y fea busca, 
el Señor se la depare: 
 a malos conceptos muera, 
 malos equívocos pase.


martes, 23 de febrero de 2016

LOS PAPAS BARROCOS. SIXTO V

Entre todos aquellos que han ocupado el cargo
de vicario de Dios, nunca antes se había visto
a un papa tan pendenciero, tan duro,
tan loco, como el papa Sixto

Giuseppe Beli


El papa Sixto V resulta, junto a Paulo III, uno de los grandes papas de la Contrarreforma. 
De origen serbio, tiene una iglesia dedicada en Roma. San Girolano de los croatas, de la que llegó a ser cardenal antes de ser elegido Papa

Apoteosis de Sixto en San Girolano de los Croatas


En el aspecto interior emprendió una lucha sin cuartel contra el bandolerismo (dominando a los barones locales que la promovían y permitiendo así la circulación segura de los peregrinos) y la prostitución (con pocos resultados reales pero efectos terroríficos en las meretrices que ejercían su oficio fuera de horas, que eran marcadas con un hierro candente en la frente y los pechos) que llegó a una represión apabullante, haciendo la realidad la frase que había pronunciado al ser elegido papa: "no he venido a traer la paz, sin la espada". Muchos delincuentes fueron ajusticiados, llenando sus cuerpos ahorcados todo el Puente de Sant' Angelo (pues incluso había firmado tratados con zonas vecinas para proceder a la expatriación).
Esta persecución se extendió a cuestiones morales, llegando a castigar con galeras a los que no guardaban el domingo
Escudo de Sixto V
Tomado de wikipedia

Frente a la alianza con España de los papas anteriores, estrechó lazos con Enrique de Navarra (futuro Enrique IV de Francia), aunque a la vez apoyó decisivamente a Felipe II en su enfrentamiento con Inglaterra, patrocinando una parte de la famosa Armada Invencible
En el aspecto económico (Friedlaender) acumuló gran cantidad de moneda en el Castel de Sant' Angelo, promoviendo políticas económicas que hicieron prosperar la ciudad (aunque tal oro, Hughes, llegó a colapsar la propia economía romana, dejándola sin moneda circulante)

Nosotros le estamos dedicando una serie de temas íntimamente relacionados con la Historia del Arte.
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La creación de la nueva Roma barroca





























Erección del obelisco de Vaticano por Domenico Fontana, en tiempo de Sixto V
Tomado de wikipedia

Aqcua Felice


sábado, 20 de febrero de 2016

El libro del sábado. JAVIER CERCAS. ANATOMÍA DE UN INSTANTE. 23 F Y TRANSICIÓN


Parece mentira pero este libro seguía esperándome silencioso en la biblioteca desde hacía años, y aprovechando las vacaciones de Navidades ha vuelto a nacer y ha resultado una experiencia excepcional por varios motivos.

El primero porque es un libro de historia que no lo parece, pues no en vano está escrito por un novelista de raza que (sin escatimar datos ni análisis) nos lleva a una lectura tremendamente atractiva y ligera en donde se plantean las múltiples hebras que entretejen el frustrado golpe de estado del 23 F.
Precisamente esta complejidad de tramas, causas y efectos resulta otra de las fascinaciones del libro, que no se dedica tan sólo al golpe sino que, en el fondo es una monumental historia de nuestra transición tejida en torno a sus principales personajes (el Rey, Suárez, Carrillo, Gutiérrez Mellado, Tejero, Armada, Millans ...)
De esta manera, Cercas da al golpe de estado una dimensión más allá de la militar y lo analiza como un conjunto de conflictos que se van sucediendo en los años anteriores (terrorismo, ruido de sables en los cuarteles, crisis económica, presiones internacionales, ambiciones desmedidas de múltiples políticos, iniciación desbocada del Estado de las Autonomías...) que se enlazan en torno a la figura de Suárez, un cadáver político un año antes del golpe contra el que se dirigen todas los odios y ansiedades, pasando de héroe a villano.

Así que en los últimos días de 1980 y los primeros de 1981 la realidad en pleno parece conspirar contra Adolfo Suárez (o Adolfo Suárez siente que la realidad en pleno conspira contra él): los periodistas, los empresarios, los financieros, los políticos de derecha, de centro y de izquierda, Roma y Washington. Lo hacen incluso algunos líderes comunistas, que se manifiestan en público o en privado a favor de un gobierno de concentración presidido por un militar. Lo hacen incluso los líderes de los principales sindicatos, que hablan de situaciones límite, de situaciones de emergencia, de crisis no de gobierno sino de estado. Lo hace incluso el Rey, que intenta a su modo librarse de Suárez y que espolea a unos y a otros contra él. Con todos esos materiales se fabricó el golpe: las maniobras políticas contra Adolfo Suárez fueron el humus del golpe.
(...) 
Para un hombre así, pura exterioridad, cuya autoestima dependía casi por completo de la aprobación de los otros, debió de ser una experiencia devastadora notar que sus trucos de prestidigitación ya no surtían efecto, que la clase dirigente del país le había tomado la medida y que el brillo de su seducción se había apagado, que nadie reía sus bromas ni se embelesaba con sus opiniones, que nadie sentía el embrujo de sus historias ni el privilegio de su compañía, que nadie se creía ya sus promesas ni aceptaba sus declaraciones de amistad eterna, que quienes lo habían admirado y lisonjeado lo despreciaban, que quienes le debían su carrera política y le habían entregado su lealtad lo traicionaban, que el mejor sentimiento que podía ya suscitar entre sus iguales era una mezcla de hastío y de desconfianza y que, como se encargaban de demostrarle a diario las encuestas desde el verano de 1980, el país entero estaba harto de él.

Tomado de www.farodevigo.es

Resulta, además, un poderoso retrato de Suárez, de aquel que traicionó al Régimen que lo había aupado bajo los designios del Rey. Sin ningún tipo de idealización nos lo presenta como una ambición de poder, un político puro, sin una clara preparación pero con un instinto y voluntad que logró derrotar todos los obstáculos hasta que pasó su tiempo

Como cualquier político puro, Suárez era un actor consumado: joven, atlético, extremadamente apuesto y siempre vestido con un esmero de galán de provincias que embelesaba a las madres de familia de derechas y provocaba las burlas de las periodistas de izquierdas -chaquetas cruzadas con botones dorados, pantalones gris marengo, camisas celestes y corbatas azul marino-, Suárez explotaba a conciencia su porte kenediano, concebía la política como espectáculo y durante sus largos años de trabajo en Televisión Española había aprendido que ya no era la realidad quien creaba las imágenes, sino las imágenes quienes creaban la realidad

(...) tenía curiosidad, escuchaba más que hablaba, aprendía rápido, resolvía los problemas por la vía más simple y más directa, renovaba sin contemplaciones los equipos de políticos que heredaba, sabía reunir voluntades contrapuestas, conciliar lo inconciliable y detectar lo muerto en lo que aún parecía vivir; además, no desaprovechaba una sola oportunidad de demostrar su valía: como si en verdad hubiese sellado un pacto con el diablo, ni siquiera desaprovechaba oportunidades que hubieran podido arruinar la carrera de cualquier otro político.


Tomado del Mundo

Y es que durante todo el libro se evita el embecellecimiento y la mitificación de la famosa Transición que durante tantísimos años se nos ha vendido (aunque tampoco la crítica superficial que estamos escuchando en los últimos meses, hechizados como estamos por lo nuevo como si esto fuera por si mismo la panacea a todos nuestros males)
A lo largo de sus páginas encontramos una realidad a menudo brutal, tanto por el terrorismo como por las propias maniobras políticas, y la enorme tensión (casi diaria) que se vivió durante esos años (buen aviso a navegantes para los que creen que la segunda transición que ahora se plantea se ve como un prado lleno de sutiles florecillas).
Por supuesto que también se hablan de los pactos y las negociaciones, pero que vistas con preciso bisturí son más concesiones personales que grandes movimientos masivos (pues el en fondo nuestra Transición fue una Revolución de terciopelo siempre a punto de derrumbarse que sólo a través de una multiplicidad de casualidades consiguió salir adelante)




En resumen, una lectura histórica que tiene mucho de presente y que dará a sus lectores amplias miras para analizar la compleja situación actual que bien podría combinarse con el que le dedicó Manuel Vincent


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jueves, 18 de febrero de 2016

SAN VICENTE FERRER, ENTRE LA ALTA POLÍTICA Y EL ODIO A LO JUDÍO

San Vicente Ferrer por Juan de Juanes
En la filactelia se puede leer: Temed a Dios y dadle Gloria, porque ha llegado la hora del juicio final

Evidentemente, y tal y como siempre hacemos, no se trata de enjuiciar en este artículo los aspectos espirituales del santo (pues se trata de un blog de historia, no de religión).

Más bien queremos conocer un poco más cómo influye su figura en el convulso siglo XIV.
San Vicente Ferrer predicando. Alonso Cano

En primer lugar veamos su figura desde el plano religioso.
Nacido en Valencia (de la que terminará siendo patrón) entra muy joven en la orden dominica y pronto destaca por sus dotes de predicación.
A San Vicente se le suele representar con su dedo en alto (actitud típica de sus sermones) y alas, las del ángel que anuncia el Apocalipsis
Tomado de wikipedia

Apasionado y polémico, y en un contexto social tan convulso (el que había dejado la Peste Negra), recorre Europa anunciando el final de los tiempos y buscando la conversión de los judíos (en aquel momento tan odiados). Su lema era «bautismo o muerte»



Sus sermones provocaron verdaderos incendios sociales, como cuando predicó contra los judíos desde Santiago del Arrabal y provocó el asalto de la principal sinagoga de la ciudad, convirtiéndola en iglesia cristiana (Santa María la Blanca). (Aquí explicamos en qué consistían los progroms)



Santa María la Blanca, antigua sinagoga. Toledo

En el plano político San Vicente participa activamente tanto en la política nacional (interviniendo en el Compromiso de Caspe en el que había que elegir sucesor de la Corona de Aragón tras la muerte de Martín el Humano, contribuyendo con su voto a la elección de Fernando I de Antequera)

Compromiso de Caspe con la intervención de San Vicente Ferrer
Tomado de wikipedia

En lo internacional defendió, durante el famoso Cisma de Avignon, a Clemente VII en un famoso libro (1380 "Tractatus de Moderno Schismate") y luego a su sucesor, Benedicto XIII, el famoso Papa Luna del que fue capellán y confesor durante tres años (Incluso profetizó que un niño, Alfonso de Borja, sería Papa, Calixto III, el primer papa Borgia)
Clemente VII
Tomado de wikipedia


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ÍNDICE DE ICONOGRAFÍAS DE SANTOS


martes, 16 de febrero de 2016

BABILONIA. LA PRIMERA GRAN CIUDAD DE LA HISTORIA


Ahora son unas simples ruinas en medio del desierto que Sadam Hussein quiso reconstruir de forma megalómana.
Pero hace cientos de años, en este terreno se levantó la primera gran capital de la Historia.
Su primer periodo de esplendor lo vivió con Hammurabi (¡hace 38 siglos, 3.800 años!).
Unida al curso del Eúfrates, la ciudad estuvo completamente rodeada de murallas con foso de agua de las que aún conservamos algunas bellas puertas como las de Isthar 

Realizadas en adobe estaban forradas de ladrillos policromados que dibujaban multitud de animales protectores (apotropaicos).
De ella surgía una larga vía ceremonial que conducía al palacio y al principal zigurat de la ciudad

Zigurat de Etemenanki que en la Biblia se toma como la famosa torre de Babel.




Entre las maravillas con las que contó la ciudad estuvieron los famosos Jardines Colgantes, que hoy sólo conocemos por descripciones (puedes saber de ellos aquí)




La ciudad tenía una forma más o menos rectangular, dividida en distintos barrios, con casas de dos plantas y techo plano, con el propio Eúfrates en su centro, pues de él derivaba toda su riqueza, basada especialmente en el comercio.
En sus momentos de mayor esplendor pudo tener casi un cuarto de millón de habitantes.

Os dejo un vídeo de una reconstrucción (algo fantástica) de la ciudad, ya en sus periodo más tardíos.


Imágenes tomadas de wikipedia


sábado, 13 de febrero de 2016

NARRATIVA ESPAÑOLA

Almodóvar, Pedro

Arsuaga, José Luis

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Balbona, Anna
No estoy aquí


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Bernabé, David
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Blanco, David

Blasco Ibáñez
La Bodega

Cañas y barro
Arroz y tartana
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Todo va a mejorar

Granés, Carlos

Ibáñez 
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Jiménez Serrano, Marta
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Lorenzo, Santiago
Los asquerosos
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Martín Gaite, Carmen
Lo raro es vivir

Mateo Díez, Luis

Mendoza. Eduardo
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Menéndez Salmon, Ricardo

Mesa, Sara

Millás, Juan José
Olmos, Alberto
Alabanza

Otero, Miki
Simón
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Pedrolo, Manuel de 

Pérez Andújar, Javier

Portero, Alana
Preciado, Paul B. 

Ribera de la Cruz, Marta
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Riera, Carmen

Rosa, Isaac
Sénder.
La saga/fuga de JB
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Trueba, David.

Umbral, Francisco
Madrid 650
Capital de dolor
Sinfonía borbónica

Valero, Vicente

Vázquez Montalbán. 
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Vidal Foch

Zafra, Remedios