martes, 27 de junio de 2017

LOECHES. LA ÚLTIMA MORADA DEL CONDE DUQUE DE OLIVARES CON SORPRESA FINAL


No puedo evitarlo. Al pensar en el Conde duque, la primera imagen que me viene a la cabeza es el retrato que le hizo Velázquez en 1634, soberbio y pagado de sí mismo, sobre su montura y con su bastón de mando, dirigiendo una batalla inexistente sobre el fondo de montañas del Guadarrama. Lo imagino así, como la encarnación del poder sin límites, mezquino y rencoroso. El verdadero reverso tenebroso de la fuerza.
(Por cierto, nunca nadie me ha llegado a explicar convincentemente es por qué Velázquez - que tanto le debía en su carrera cortesana - nos lo mostró de esta manera tan cruel, resaltando su espalda curvada - su chepa, vamos - esa mirada perversa del que se sabe intocable)



El Conde duque de Olivares por Velázquez




Sin embargo, y siendo objetivo, tengo que reconocer que el Conde-duque fue, tanto en lo personal como en lo político, una figura histórica de mucho más relieve que esta simple apreciación.
Si se lee la biografía que escribió Elliott sobre él (verdaderamente alucinante), nos encontramos con un político de altas miras que, ante todo, quiso volver a recuperar la fuerza de un imperio que ya se encontraba en claro declive. Quiso, también, reorganizar la política interior, intentando hacer colaborar a las arcas reales a los reinos de la periferia que apenas si contribuían a un Imperio casi exclusivamente apoyado en los hombros de Castilla (esta fue la famosa Unión de Armas, que luego tantos conflictos traería a partir de 1640).

En cuanto a lo personal, y aunque son ciertos su soberbia, sus cambios bruscos de carácter o su falta de escrúpulos a la hora de eliminar a sus enemigos (que confundía sistemáticamente con los de España), también lo es su trabajo incansable a favor de un rey (políticamente) tan mediocre como Felipe IV o su profunda lealtad.

Quizás por ello sería más justo recordarle como lo volvió a pintar Velázquez en 1637-38, mucho más contenido y humano, con esos maravillosos negros que sabía utilizar como nadie en la historia del arte el maestro sevillano


 Velázquez. El Conde Duque




En ella nos encontramos al político sagaz y también al hombre, a estas alturas cada vez más cansado por sus múltiples enfermedades y cercano ya a la depresión que le atacará intermitentemente en sus últimos años.
Para entonces su política iba demostrándose cada vez más ineficiente y poco a poco a los problemas externos (Guerra de los Treinta Años) se unirán los internos (rebeliones de Portugal, Cataluña, Andalucía, Aragón, Nápoles…) hasta provocar su destitución en 1643.
Esto provocó una rapidísima cadena de reacciones por parte de sus enemigos que consiguen que sea desterrado a Toro.
Allí residirá hasta su muerte. Dos años en los que la depresión se agravó y desembocó en locura. Quizás no pudo aguantar caer desde tan alto y ser un simple mortal cuando había dominado durante tantos años el mayor Imperio del momento.
Sin embargo, aún muerto, volvió a provocar la polémica. Su cuerpo fue expuesto vestido con grandeza mientras se esperaba el permiso real para poder trasladarlo hasta Loeches, lugar que había adquirido en 1633 y donde había mandado construir un gran monasterio-palacio para su futuro enterramiento.

Así pasaron tres días, y luego varios más en la tétrica procesión que atravesó toda Castilla. Su cuerpo se fue poco a poco descomponiendo pese a los cuidados de los embalsamadores, y aún lo haría más cuando esperó a las mismas puertas de Madrid la llegada de los restos mortales de su hija, enterrada en Santo Tomás y exhumada ahora para ser enterrada en el panteón familiar. Una verdadera vanitas barroca como las que pintara Valdés Leal.


Valdes Leal. Finis Gloriae Mundi. Iglesia de la Caridad. Sevilla
Tomada de



Mientras esperaba, cuentan las crónicas, una gran tempestad se produjo sobre la capital y un rayo vengativo destruyó una torre de una iglesia, como si el espíritu de Olivares se rebelara contra su destino, se dijo en los corrillos de los mentideros de la Villa.
Ahora su memoria descansa en este pueblo del sureste de la Comunidad de Madrid, a menos de media hora de la capital.
Se trata de un gran conjunto arquitectónico del que queda un resto del palacio (en parte ocupado en la actualidad por un Colegio público), un monasterio de ladrillo de madres dominicas, cuyos terrenos ocupan medio pueblo, y una gran iglesia barroca dedicada a la Inmaculada.


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Foto del Palacio e iglesia monasterio

La iglesia tiene una portada muy parecida a la Encarnación de Madrid, pues sus planos fueron realizados por el mismo arquitecto, fray Alberto de la Madre de Dios.

Iglesia del convento. Loeches


El interior, diseñado por Gómez de Mora (el mismo que realizó la Plaza Mayor), consta de una sola nave muy amplia, con cruz latina de brazos cortos, bóveda de cañón con lunetos (los triángulos) y una gran cúpula encamonada (una bóveda falsa, realizada en yeso y madera en vez de piedra), muy típica de la arquitectura barroca española, siempre pendiente de las apariencias pero cada vez más arruinada.


 Interior de la iglesia


Toda su decoración interior se ha perdido y las pinturas actuales son modernas, pero aún nos queda una sorpresa final en el recorrido. Si nos acercamos a un lateral del convento, un cartel nos informa que para visitar la iglesia y el panteón bajemos unas escaleras y busquemos a Francisca.

Acompañados por ella podremos franquear las puertas del recinto y nos encontraremos, nada más entrar, con un gran panteón, idéntico al del Escorial construido por ¡la familia de Alba!, en donde incluso se encuentra ya ubicado la futura morada de la actual duquesa, entre los restos de sus dos maridos.

Ante la sorpresa, Francisca nos explica que el Conde duque murió sin descendencia legítima y sus títulos fueron a parar a la familia de Alba (la que mayor cantidad de títulos nobiliarios atesora en la actualidad). Luego nos indica un lateral en donde se encuentra la lápida del Conde duque y su mujer.


Enterramiento del Conde duque en Loeches




El hombre más poderoso del siglo XVII ahora yace en un lugar que muy pocos suelen visitar, emparentado (por el linaje de su mujer, Inés de Zúñiga) con los afamados Alba que todos los años, en el mes de mayo, visitan la capilla entre un terremoto de paparazzi. Toda una lección de humildad que la Historia, a veces, nos enseña con sus complicados cambios de rumbo y fortuna.

Qué frágil es el poder, ¿verdad? Deberíamos tenerlo en cuenta para no dejarnos cegar por su posesión y utilizarlo en beneficio de los demás no en el engrandecimiento del propio ego.




miércoles, 21 de junio de 2017

RUMI. UN MOMENTO DE FELICIDAD

Un momento de felicidad,
tú y yo sentados en la varanda,
aparentemente dos, pero uno en alma, tú y yo.
sentimos el Agua de Vida que fluye aquí,
tú y yo, con la belleza del jardín
y el canto de las aves.
Las estrellas nos mirarán,
y les mostraremos
lo que es ser una fina luna creciente.
Tú y yo fuera de nosotros mismos, estaremos juntos,
indiferentes a conjeturas inútiles, tú y yo.
Los papagayos del paraíso harán el azúcar crujir
mientras reímos juntos tú yo.
de una forma en este mundo,
y de otra en una dulce tierra sin tiempo.


Tomado de ciudadseva.com

martes, 20 de junio de 2017

VILLAMEDIANA, EL CORREO Y UNA CALLE DE MADRID


Calle Postas

Gran parte de los madrileños (y no digamos los turistas) que recorren la calle Postas (un lugar vital, pues comunica la Puerta del Sol con la Plaza Mayor) sabe que allí vivió el gran Conde de Villamediana, con su palacio frente a las antiguas gradas de San Felipe (en el actual inmueble que ocupa la actual Mallorquina).


Y es que, y además de todos sus devaneos, duelos y otras maldades, el conde recibió su título como Correo Mayor del Reino, teniendo sus caballos para el transporte del correo (postas) en esta calle que lindaba con su palacio

lunes, 12 de junio de 2017

Texto. La magia en el Renacimiento. Giordano Bruno

Moisés fue un mago muy astuto, y como era un experto en el arte de la magia, venció a todos los magos del Faraón, y que fingió que había hablado con Dios en el monte Sinaí, y que la ley que entregó al pueblo hebreo era fingida e imaginada por él". 
(...)
La magia, que por sí no es ilícita, pues está basada en las fuerzas de la naturaleza mediante la observación de los tiempos y de las disposiciones del cielo, y de la aplicación de una materia con la otra, y la relación de los principios pasivos inferiores con los activos superiores, como fácilmente suelen proceder los magos en la producción de los animales imperfectos, como moscas, ranas, serpientes, ratones y otros similares, sin que nunca aparezca ninguna producción de animales perfectos.

sábado, 10 de junio de 2017

SAMARCANDA EN LAS PALABRAS DE CLAVIJO


En esta ciudad de Samarcante se tratan de cada año muchas mercadurías de muchas maneras que allí vienen del Catay y de la India de Tartaria, y de otras muchas partes, y de su tierra, que es abastada, y porque en ella no había plaza solemne para en que se vendiesen ordenada y regladamente, mandó el Señor que fuese hecha por la ciudad una calle que tuviese de una parte y de otra boticas en ella, y tiendas para en que se vendiesen las mercadurías, y que esta calle comenzase de un cabo de la ciudad, y fuese hasta el otro, que atravesase toda la ciudad: la cual obra encomendó a dos Mirassaes suyos, haciéndoles saber, que si no ponían en ello toda su diligencia, haciendo labrar de día y de noche, que con sus cabezas lo contentarían. Los cuales Mirassaes comenzaron su obra derrocando cuantas casas hallaban por do el Señor mandaba ir la dicha calle, fuesen cuyas quisiesen, que no se cataban sus dueños, salvo cuando les derrocaban las casas, y salían y la calle era cubierta de bóvedas con ventanas, por do entraba la lumbre.
(...)
La ciudad de Samarcante está asentada en un llano, y es cercada de un muro de tierra, y de cavas muy hondas, y es poco más grande que la ciudad de Sevilla; pero de fuera de la ciudad hay muy gran pueblo de casas, que son ayuntadas como barrios en muchas partes: ca la ciudad es toda en derredor cercada de muchas huertas y viñas, y duran estas huertas en lugar legua y media, y lugar dos leguas, y la ciudad en medio, y entre estas huertas hay calles y plazas muy pobladas, ca vive mucha gente, y venden pan y carne, y otras muchas cosas, así que lo que es poblado de fuera de los muros, es muy mayor pueblo que lo que es cercado. Y entre estas huertas que de fuera de la ciudad son, están las grandes y honradas casas, y el Señor allí tenía los sus palacios y cavas honradas. Otrosí los Grandes hombres de la ciudad las sus estanzas y casas entre estas huertas las tenían, y tantas son estas huertas y viñas y cerca de la ciudad, que cuando hombre llega a la ciudad, no parece si no una montaña de muy altos árboles, y la ciudad asentada en medio: y por la ciudad, y por entre estas dichas huertas iban muchas acequias de agua, y entre estas huertas había muchos melonares y algodones, y los melones de esta tierra son muchos y buenos, y por Navidad hay tantos melones y uvas, que es maravilla: y de cada día vienen muchos camellos cargados de melones, tantos que es maravilla cómo se gastan y comen, y en las aldeas hay tantos de ellos, que los pasan y hacen de ellos como de los higos, que los tienen de un año a otro, y pásanlos de esta manera: córtanlos al través pedazos grandes, y quítanles las cortezas, y pónenlos al sol, y de que son secos, tuércenlos unos con otros, y métenlos en unas seras, y allí los tienen de un año a otro. Y fuera de la ciudad hay grandes llanuras, en que hay muchas aldeas y muy pobladas, que el Señor hizo poblar
(...)
El Señor había tan gran voluntad de ennoblecer esta ciudad, ca en cuantas tierras él fue y conquistó, de tantas hizo llevar gente que poblasen esta ciudad, y en su tierra, señaladamente de maestros de todas artes. De Damasco  llevó los maestros que pudo haber, así de paños de seda de todas maneras, como los que hacen arcos con que ellos tiran, y armeros, y los que labran el vidrio y barro, que los había allí los mejores del mundo. Y de la Turquía llevó ballesteros, y otros de otras partes, cuantos allí halló, y albañiles y plateros, cuantos allí halló, y tantos de éstos llevó, que de todos los maestros y menestriles que quisiereis, hallaríaisles en esta ciudad. Llevó maestros de ingenios y lombarderos, y los que hacen las cuerdas para los ingenios: y estos sembraron cáñamo y lino, que nunca lo hubo en esta tierra hasta ahora.



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jueves, 8 de junio de 2017

SANTO DOMINGO DE GUZMÁN, FUNDADOR DE LOS DOMINICOS


Nacido en Caleruega (Burgos) en 1170 en una familia acomodada que le permitió los estudios necesarios para su rigurosa formación espiritual (casi catorce años en la universidad de Palencia en donde cursó artes, teología y magisterio del Estudio General).


Palacio natal. Caleruega

Santo Domingo de Guzmán. Maestro de Covarrubias

Durante este periodo se ordena como canónico regular y más tarde como sacerdote, siendo nombrado regente de la Cátedra de Sagrada Escritura en el Estudio de Palencia.
Todos estos datos nos dan ya la primera característica de lo que luego serían los dominicos, hombres de iglesia pero también de profunda cultura, inmersos en la revolución que las primeras universidades medievales están generando a mediados del XII.
Sueño de Santo Domingo en donde Pablo y Pedro le instan a fundar su orden. En la esquina inferior aparece el perro blanquinegro (colores de la orden) con una tea encendida en la boca (la búsqueda de la verdad)

No es de extrañar que muchos de los futuros componentes sigan la senda del estudio,  como San Alberto Magno o su discípulo Santo Tomás de Aquino (que llevarán a la excelencia la Escolástica medieval), Francisco de Vitoria o Domingo de Soto (creadores de la Escuela de Salamanca y del derecho natural), Bartolomé de las Casas (que tanto lucharía por la dignidad de los indios americanos)...

Convento de San Esteban en donde surgirá la famosa Escuela de Salamanca

Tras este periodo de estudio, y por encargo de Alfonso VIII, comienza sus viajes que le llevarán a recorren la Europa septentrional y encontrarse de frente con la gran herejía del momento, los famosos Cátaros del Languedoc.

Santo Domingo predicando. Caleruega

En este momento, y ya en plena cruzada, se lanza a la predicación y el intento de conversión, una actividad para la que no valía el tradicional monacato ni de Cluny ni del reformado Císter, demasiado encerrado en si mismo.
Maestro de Covarrubias

Esta actividad le hace consciente de la necesidad de crear una nueva orden de predicadores, por completo inmersa en la sociedad de la época (en los propios burgos) que será ratificada por el Papado en 1216.


Santo Domingo recibiendo la aceptación de su orden por parte del Papa.
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Apoteosis de Santo Domingo. Santa María Novella. Florencia


Santo Domingo morirá en Bolonia, en donde será enterrado en una magnífica arca en donde intervendrían Pisano, Arnolfo de Cambio o el mismísimo Miguel Ángel

A partir de entonces la orden dominica, como ejemplo de las órdenes mendicantes, se extenderá por toda Europa en tres claras direcciones: el estudio (con París, Bolonia y Salamanca, todas grandes universidades, como centros de acción), la predicación (con personalidades tan relevantes como San Vicente Ferrer) y la Inquisición (tanto medieval como moderna con personalidades como Torquemada), siendo la punta de lanza intelectual de la iglesia hasta la llegada de los jesuitas pero también la versión más agresiva de la misma en su evangelización y control de la herejía
Escudo de la Orden dominica. Cifuentes

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lunes, 5 de junio de 2017

LOS QUEVEDOS

Quevedos del siglo XVI

Aunque ya se utilizaran mucho tiempo antes, los quevedos tomaron su nombre de nuestro poeta del siglo de oro que, además de miope, estaba un tanto encorvado y tenía una pierna más corta que la otra.
Se trataba de una gafas sin patillas (a veces atadas con un cordón y sujetas en la nariz) que se hicieron populares en el Madrid del Siglo de Oro y, como ahora vuelve a ocurrir, incluso se llegaban a utilizar sin cristales, pues eran entendidos como una nota de distinción




sábado, 3 de junio de 2017

El libro del sábado. DONNA LEÓN. RESTOS MORTALES


En la nueva entrega del comisario Brunetti, Donna León sigue fiel a Venecia, pero abandona la que suelen visitar los turistas  para internarse en el mismo origen de la ciudad: la Laguna que la vio crecer.
Tras una curiosa crisis de identidad del comisario, éste decide pasar unas semanas remando en torno a la la isla de Sant'Erasmo, visitando en sus salidas Burano y otras islas menores para dejarse empapar por la humedad y fascinarse por sus aves o por la sucesión de las mareas o sus violentas tempestades.
En este entorno idílico se sucederá un asesinato que le servirá a la escritora para profundizar en los desastres medioambientales de este pequeño paraíso, especialmente el de vertidos tóxicos de las industrias de Terra Ferma.

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jueves, 1 de junio de 2017

TEXTO. El cambio del comercio mundial debido a los descubrimientos

Custodiadas por mercaderes, los valiosos cargamentos de seda y especias traídos de Oriente en largas caravanas, llegaban a tierras de Alejandría y Constantinopla, Esmirna y Antioquía, para ser llevadas después en barco hasta Venecia, y desde allí a Europa occidental y septentrional. Pero ya había pasado más de un siglo desde que Vasco de Gama consiguiera legar a las Indias desde Europa. Desde entonces, los cargamentos podían ser enviados directamente desde su lugar de origen hasta su destino (...) El papel de Venecia como centro internacional de compensación había terminado